Amor de mis amores. De esperas, de brindis y deseos
Y entonces le dio un beso. Aquel beso era una pregunta
que él
deseó estar contestando durante el resto de su vida.
Nicole
Krauss, “La Historia del Amor”
Mezclé estos ingredientes, mis preferidos, en un sacote
de té de 10 gr, para una jarra o una tetera de 1 litro:
Y fue el Amor de mis Amores.
Té negro
criollo, puroplacer, cascarilla de cacao, aromamor, escamas de coco, abrapalabra, ramitas de canela, mimos, clavo de olor, una rayuela, manzanilla, magia, lavanda, cartas de amor, cascaritas
de naranja, sabortequiero, mandarina,
brotapoesía, pomelo, palabrajuego.
Atrapados y sin salida, en una jarra con agua y a la
heladera. Lo hago un día antes del encuentro, para que vayan amalgamándose con
el agua, jugando, mimándose, canturreando palabras y quereres, preparándose
para el encuentro. Vienen mis amores a visitarme, mi hijo y mi nieto. Y este té
es para homenajearlos, brindar, pedir deseos. En este otoño recién inaugurado, los
días son cálidos y las noches frías. Así que la noche es hora de abrigarse y
preparar este mismo té bien calentito.
Cuando
abría las cartas de su novio,
Ana se
veía reflejada en espejos extraordinarios,
los más
deslumbrantes que hombre alguno le prestaría nunca.
María Rosa Lojo, “Árbol de Familia”
Cuando uno ama, da lo mejor de uno, florecen tus palabras
en el otro, en vos, como ofrendas en la mesa de las meriendas. Se arremolinan
los motivos justos y las razones incomprendidas, en poesía, en historias que cosquillean,
te apimpollan, te anidan, te acurrucan en una taza de té. Las ganas se
descontrolan y el alma siempre se desequilibra. Las esperas a quienes amamos
devienen en vaivenes de la memoria, ecos de lejos, murmullos ensordecedores,
barullos que dan fatiga. Las esperas son tan bellas como terribles. Es como tener
una foto y querer que se mueva y sea real. Pero les aseguro, ésta será la mejor
espera.
El licor (así se llama al líquido resultado de la
infusión) será tremendamente atractivo, color ámbar caramelo brillante. El sabor
llevará la elegante hermandad del cacao y el coco (el sabor de la infancia de
muchos), la canela y el clavo, el perfume de las flores y el toque ácido de los
cítricos actuando en perfecto equilibrio. Se va impregnando el aire de fragancias
que acarician.
La mesa está lista, y un amor de mis amores llena las
ausencias.
Comentarios